Bárbara Galleto
Ilusiones
FantasÃas, simples ilusiones para ocupar la mente
Pequeñas explosiones de dopamina
Un oasis en medio del vacÃo
Terminas apegándote a una imagen
Le brindas cualidades próximas
A lo que reclaman tus sueños
Le inventas un mundo
Y le das pase libre en tu inconciente
Se vuelve pensamiento insistente
Adquiere propiedades de aire
Y antes de que empieces a analizar
Te ha hecho adicto
A su presencia de espectro
Absorbe tu realidad,
Te visita en sueños,
Se introduce en tus secretos
Y cual niño travieso
Desordena los cajones de tus miedos
Viaja en tus recuerdos
Sin ser pasado se hace historia
Sin ser recuerdo se hace causa
Sin ser invitado
Se convierte en protagonista.
Es ahora la hoja afilada
Que deshila tus dÃas
Un paisaje que no puedes recorrer
Sólo observar
Un planeta al que no puedes acceder
No tiene piel, no tiene manos
No tiene sangre, ni corazón
No tiene mente, ni sentimientos
No tiene alma,
No tiene interés, no posee amor.
Gota de agua surcando el rostro
Sabor salado penetrando los labios
Eclipse de sensaciones
Y la convicción de estar perdido,
De estar vencido.
FantasÃa,
es tu nombre
HerejÃa,
mi devoción a ti.
ilusos
El mal gana todas las guerras,
no existe bien q busque guerras,
sÃ, no quieres creer q eres malo,
todos lo somos,
pero, depende,
nada se libra de dependencias,
todo se acomoda a la conveniencia.
Mentes que a todo le ponen precio,
le dan valor a la vida,
la miden, la masan y deciden.
Números q fecundan números
y se mezclan con números
y se adueñan de números..
y son un número.
Voces que salpican paredes
y manchan ojos
y aturden oÃdos
y creen q el sonido
debe matar el silencio,
ilusos q luchan contra un fantasma
q nunca ha existido.
Buscan, revuelven,
manosean la basura
hasta encontrar baterÃa,
un sentido;
creen q nacen sin memoria
y llevan escrito su destino
recorriendo las vÃas de su cuerpo
construyendo toda su estructura.
Viven temiendo a la muerte
y ésta, camina con sus pies
todo el recorrido.
Un dÃa reirán de su ignorancia;
un dÃa, no sentirán vergüenza
de ser pequeños;
un dÃa, comprenderán que no son dueños,
ni de ellos mismos
y que el único sentido
de vivir y morir,
es vivir y morir.