Mateo Yandi Carvalho

PASMADO

 

soy yo y tu sillón

confortable, costoso.

Soy yo y el agua mineral,

esa botella que nunca entendí, ¿es verde o celeste?.

 

Soy yo y los pisos de un apartamento,

olvidado, sin barrer, sin lamer.

Soy yo y el polvo de una alfombra,

que corta el aire, que acumula.

Soy yo y el barrio enterrado,

consumido en la lejanía.

Soy yo y los amplificadores,

los atizadores, los borradores,

los olores y lo inservible.

Soy yo  los huecos de los muebles,

que no hay, que no habrán.

Soy yo y los tarros de pintura,

mal cuidados, desconocidos.

Es el vandalismo y el espontaneismo.

Soy yo y ls papeles del conflicto,

de mi conflicto, de tu conflicto, 

del conflicto del país, 

del conflicto de nadie y casi todos.

Soy yo y la ropa amontonada,

el colchón al piso, la cocina sin heladera,

pero con ventana.

Soy yo y el mate, el café y el pan a veces,

la harina siempre.

Soy yo y todos los motores y frenadas,

de los casi muertos.

Soy yo y las migas eternas de una mesa,

que cada día nos reúne menos.

Soy yo y dos apellidos, 

cada vez mas irreconocibles.

Soy yo y dos nombres, mas identificables.

Soy yo y mis disparates,

cada vez mas detestable.

Soy yo y mis trazos ligeros,

en las calles quietas.

Soy yo y la modernidad,

que no la entiendo.

Soy yo y no estan ni Kant,

ni Marx, n.

ni Descartes ni los que faltan

Soy yo y mi yo determinado,

mi yo eternizado, mi yo detenido, 

en un tiempo de pocas voces.

Soy yo ahuyentando el olvido, 

la desmemoria.

Soy yo pensándola, queriéndola,

sintiéndola.

Soy yo envejeciendo, creciendo, 

soñando mas.

Soy yo y una eternidad de puertas, que todas las noches se cierran, y que ahí dentro, en la miseria, la humildad, el lujo, la ostentacion, son muchos yo.